martes, 29 de diciembre de 2009

La ruptura - "Con onor muore chi non può serbar vita con onore"

Como Butterfly, una relación que no puede vivir con honor, con honor debe morir. Es natural querer cerrar los ojos e intentar aferrarse, pero dar la espalda a la realidad es inútil: la realidad sigue ahí, los ciclos se cierran, y hay que avanzar.

A fin de cuentas, y como le comentaba recientemente a un familiar, la naturaleza de las relaciones es la mismísima naturaleza humana: nacen, florecen, crecen, maduran y mueren. Caer en cuenta de ello puede ahorrarnos unas cuantas lágrimas, o al menos evitarnos esa parte de la frustración que se fundamenta en la ilusión de que las relaciones pueden ser para siempre. Y no por ello hay que dejar de experimentar. ¿Acaso es preferible no vivir, sólo por el hecho de que la muerte es parte de la vida? Entonces, ¿para qué ofuscarnos pensando que es mejor no volver a amar?

Duele, por supuesto, sobre todo por ese empeño que tenemos de querer perpetuar lo que alguna vez fue bueno. Pero el dolor no puede superar la emoción por descubrir qué es lo que sigue, porque invariablemente la vida sigue, y trae nuevas y emocionantes experiencias. De eso se trata: de seguir adquiriendo herramientas para los nuevos retos, de seguir avanzando, de soltar lo que ya se ha vuelto pesado y conservar sólo las lecciones aprendidas.

"Va, gioca, gioca!"

No hay comentarios.: